Un universo sin límites. Así definieron a la nanotecnología tres adolescentes tucumanas que fueron premiadas precisamente por un trabajo sobre esta ciencia aplicada a la medicina. Agustina Ganami, Lucía Castro y María de la Paz Madariaga, alumnas de quinto año de la Escuela y Liceo Vocacional Sarmiento, resultaron ganadoras del concurso "Nanotecnólogos por un día". Organizado por la Fundación Argentina de Nanotecnología, congregó a estudiantes de todo el país. "Nos enganchamos después de que un experto de la fundación nos dio una charla en el colegio. Ese mundo invisible pero extremadamente dinámico nos subyugó. Y a pesar de que cursamos la orientación en Humanidades decidimos participar con una monografía que titulamos 'Nanotecnología, un mundo en miniatura'. Nunca imaginamos que iba a resultar ganadoras", reveló Agustina.
Las estudiantes fueron asesoradas por la profesora de Física del colegio, Claudia Sandoval, quien además fue la tutora del trabajo.
Simpáticas y verborrágicas, las tres sarmientinas confesaron que la experiencia de trabajar en este tema les cambió la vida. "Nunca hicimos nada vinculado con la ciencia o la tecnología. Nuestro ámbito de estudio son las letras y el pensamiento. Pero cuando escuchamos la charla sobre nanotecnología se nos abrió un nuevo universo", subrayó María de la Paz. Según explicaron, esta tecnología que basa sus estudios en nanopartículas que son mil millones de veces más chicas que un metro, producirá pronto un cambio en la forma de vida equivalente a la aparición de la electricidad.
"La característica principal es que se trata de objetos tan pequeños, que cambian sus propiedades y permiten desarrollar diferentes nanomateriales para usos industriales, medicinales o alimenticios. Estas nanopartículas se están aplicando en varias disciplinas, desde la medicina hasta la construcción", sostuvo Lucía.
Ciencia que no es ficción
De hecho, cuando se habla de la nanotecnología, muchos piensan que se trata de ciencia ficción. "Nosotras pudimos comprobar que se están haciendo investigaciones concretas que no son para nada ciencia ficción. Ver y experimentar esos trabajos nos cambió la visión del mundo", reconoció María de la Paz.
Y es que el premio que ganaron fue una visita al Instituto de Física "Enrique Gaviola" (Córdoba) en donde se realizan investigaciones especializadas en el tema. Allí pudieron ser nanotecnólogas por un día: participaron de diversas charlas, asistieron a un par de encuentros con investigadores y trabajaron en el laboratorio.
"Fue una experiencia inolvidable. Es increíble el grado de complejidad de ese laboratorio. Allí trabajan en distintos temas. De no creer, realmente", declaró Lucía.
Para tener una idea de hasta qué punto esta tecnología invisible está cambiando nuestra vida basta considerar, por ejemplo, que los teléfonos celulares tienen componentes de nanotecnología que permiten un mejor rendimiento en tamaños más pequeños gracias al desarrollo de nanochips y nanocircuitos. "Ya se está hablando de que, en un futuro muy cercano, habrá nanochips que podrán viajar libremente por nuestra sangre y avisarnos cuando alguna parte de nuestro cuerpo comienza a funcionar mal", graficó Agustina. Hasta en el mundo de la moda se están haciendo investigaciones con nanotecnología. "Dentro de poco se producirán ropas con telas que cambiarán de color según la intensidad del sol", agregó.
Para las chicas, la visita al laboratorio cordobés fue realmente reveladora. "Fue como estar en otro mundo. Un mundo que no alcanzábamos a entender del todo pero que nos asombró por completo", declaró Lucía.
Trabajo arduo
Claro que para poder la monografía que resultó ganadora las tucumanas tuvieron que investigar y hacer algunos experimentos. "Con la ayuda de la profesora Claudia pudimos definir el tema y comenzar a trabajar para desarrollarlo. Nos volcamos al área de la medicina y pudimos realizar prácticas en el Laboratorio de Nanomateriales de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la UNT. Allí aprendimos a fabricar nanohilos que pueden ayudar a realizar diagnósticos más precisos", declaró María de la Paz.
Las sarmientinas se sienten orgullosas de lo que consiguieron. Y aunque sólo una de ellas (Lucía) ya tiene decidido desde hace tiempo que estudiará Medicina, la experiencia vivida en Córdoba les amplió el horizonte a todas.
"Aún seguimos amando las disciplinas humanísticas, pero no descartamos un futuro también en el área de las ciencias -deslizaron-. Porque si algo hemos aprendido durante estos últimos meses es que nada está aislado. Tal vez, quien sabe, algún día podremos ver cómo las nanopartículas también nos ayudarán a disfrutar del arte, la lectura y el pensamiento de otra manera".